8 de Agosto de 2022. Bergen

 El fiordo de los sueños, que acompaña los nuestros, es el más largo y profundo de Noruega, se extiende más de 200 km y alcanza más de 1300 metros de profundidad. Además, las montañas que lo envuelven tienen más de 2000 m de altura. De nuevo debe ser bonito recorrer parte con un ferry, pero nosotras, de nuevo, desestimamos la idea y optamos por seguir por la carretera. 

Buscamos la ruta matutina para andar con Hiru y esta vez nos sorprende una zona de cría de frambuesas. Un camino precioso circunda la granja, el cual está lleno de matas de frambuesas salvajes que están en plena época de maduración, así que nos ponemos las botas!!! Vaya desayuno dulce y delicioso! Hasta Hiru disfruta de ellas!





Cogemos una senda en el bosque que nos ofrece unas vistas preciosa del fiordo, así que disfrutamos mucho de esta ruta matutina. 







El siguiente pueblo es Vic, agradable población a las orillas del fiordo, muy preparada para el turismo. Allí compramos, rellenamos agua y fotocopiamos el ticket del ferry que hemos comprado para cruzar a Dinamarca. Menos mal que nos avisaron los vascos de que los billetes escaseaban porque cuando miramos ya no había nada para salir de Kristiansand y tuvimos que coger uno que parte de Langesund, algo más al norte. 

De camino a Bergen paramos a comer en un saliente de carretera muy agradable, hacía solecito, así que nos echamos hasta agradable siesta (bueno, una de nosotras solo....). Por fin probamos el corderito noruego!! Muy rico!








Bergen es una preciosa población a la orilla del fiordo que lleva su nombre. Las casitas de pescadores de colores que dan a la bahía son la típica imagen de Noruega. 



Después de marearnos un poco el navegador, encontramos el parking que andamos buscando para pernoctar. Un lugar tranquilo y a 15 minutos del centro de la ciudad. Tras aparcar, nos vamos a patear la ciudad, la noche promete!  

La ciudad tiene el mismo aire tranquilo de todo Noruega. Poco tráfico y poca gente, a excepción de las zonas turísticas abarrotadas de extranjeros. Pero el ambiente es muy agradable. 

Visitamos dos barrios, el de Brygeen y el de Nordnes. El primero es el barrio de los pescadores cuyas casas fueron construidas en el 1600 por comerciantes de la liga hanseatica, procedente de Alemania y que dominó todo el comercio marítimo en el Mar Báltico. El barrio es una preciosidad, construido íntegramente en madera, con casas de colores que a pesar de estar muy cuidadas, muestran el aspecto decadente propio de la época a la que pertenecen. 








Cenamos en los turísticos puestos de pescado del puerto, donde te muestran en mostradores el pescado que has de disfrutar. De baratos no tienen nada y la calidad precio no merece la pena, aunque el salmón no está malo.

Tras la cena, visitamos el barrio de Nordnes, que se ve muy tranquilo pero parece muy agradable para vivir. 




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