29 de Julio de 2022. Senja island

 Hoy el día amanece con un sol radiante y promete tranquilidad y disfrute. 

Vamos recorriendo la carretera panorámica que transcurre por el norte de la isla y vamos parando en miradores y pintorescos pueblitos. Hoy, como el día es tranquilo, aprovechamos para asear la furgoneta y a nosotras mismas!!

Hay una cosa muy buena en Noruega, y es que encuentras agua caliente en muchos sitios. Esto te permite cargar agua directamente para la ducha sin necesidad de calentarla en la furgo... buen sistema!! 

Nos encanta el mirador de Tungeneset. Unas pasarelas te conducen a una zona de piedras con piscinas naturales de agua que baja de las montañas. Estamos solas y pasamos un buen rato disfrutando del entorno. 








También nos enamora el pueblo de Hamn. Esa zona de la isla es más abrupta y los entrantes de mar son más cortos y abundantes, además, proliferan las pequeñas islitas, promoviendo un panorama muy escénico. 







El pueblo de Hamn está en uno de esos pequeños salientes, diminuto casi! No habrá más de 20 casas con un pequeño puerto, pero el entorno es encantador. 

A las 3 de la tarde nos acercamos a Gryllefjord, población pesquera de donde sale el ferry a la isla de Andoya, nuestro próximo destino.

Nuestra intención es saber únicamente cómo funciona el tema y comprar el ticket si se puede para las siete de la tarde. Así darnos otra vuelta por la isla antes de irnos. 

Cual es nuestra sorpresa cuando vemos como funciona el tema... Cuando llegas te pones en cola y solo pagas cuando vas a entrar al ferry. A las tres sale uno y se está acabando de llenar en ese momento. A nosotras nos dejan las segundas de la fila para el siguiente ferry que sale a las 19h, pero no nos podemos ir a ningún lado! Pues perdemos el turno... 

Esto hace que nos tengamos que pasar toda la tarde en la furgo o caminando por el pueblo, así que aprovechamos para escribir, organizar la furgo y arreglar el agua del lavabo que se nos ha averiado. 

A las 7 entramos las primeras al ferry. Son 2 h hasta Andenes, población más al norte de la isla de Antoya (75€).



El coche lo dejas abajo y subes a cubierta a disfrutar del "fresquito"... pronto ese "fresquito" nos supera y nos metemos al interior a continuar el viaje. 

La isla de Senja nos ha encantado. No sabemos qué nos depararán las Lofoten, pero salimos impactadas con la impresionante belleza de este lugar. 

Tras cruzar a la isla de Andoya, nos vamos a cargar agua a un lugar cercano y a buscar un spot dónde dormir. Lo encontramos pronto entre Andenes y Bleik en una preciosa playa rodeada de elevadas montañas. El anochecer que nos acompaña es espectacular y lo disfrutamos como niñas!!

Esto de estar a las 10 de las noche cenando en la calle con un sol espectacular jugando a que se esconde en el mar, sin esconderse nunca, nos tiene locas! Como baja en oblícuo, los atardeceres son eternos y te permite disfrutarlos con toda la calma.



Después de cenar nos fuimos a dar un paseo con la perra. Primero bajamos a la playa y tuvimos bronca con una pareja de Ostreros, unos preciosos pájaros blancos  y negros que viven en pareja y colonizan pequeñas calas para su alimentación, no dejando a nadie que se acerque sin montar una gran algarabía!

Claro, nuestra Hiru no se quedó corta! Qué más quería ella que que le dieran caña! Así que se entabló una interesante pelea entre la perra y la pareja de ostreros que piaban estrepitosamente y hacían vuelos rasantes tratando de amedrentarla. 

Tanto fue así que hasta una pareja que "dormía" en una tienda de campaña cercana tuvo que salir a ver qué ocurría con tanto jaleo... 








De modo que decidimos dejar a los ostreros tranquilos y nos fuimos a pasear por el monte de enfrente. Nos sorprendió muchísimo la blanda capa de vegetación que se forma en toda la superficie y que te da la sensación de andar sobre algodones. Es una mezcla de musgo y pequeñas plantas que hacen que te hundas ligeramente empujando tú paso para dar el siguiente... es una curiosa sensación. 






Entre una cosa y otra disfrutamos de un atardecer extraordinario. Nos acostamos a las 12 y el sol todavía no se había escondido, aunque ya le faltaba poco. A las 2.45h de la noche, gracias a que la perra me despertó, pude comprobar que estaba amaneciendo, de modo que en esta época del año en estas latitudes, el sol tarde 2.30h entre que se esconde y se levanta.

                                                 ANOCHECER 


                                                                         AMANECER



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